lunes, 27 de octubre de 2014

Todos somo igual de importantes

Todas las personas nacemos con iguales derechos. Todos somos iguales y no hay uno más igual que los otros; no hay nadie que se pueda considerar superior en derechos. Ningún individuo puede arrogarse el derecho a decidir cómo deben vivir los demás ni cómo deben usar su propiedad y su vida. Sin importar los títulos universitarios, dinero, fama, popularidad, apoyo o talento, que tenga, toda persona es igual en derechos y ninguno tiene el derecho de obligarnos a hacer algo porque piensa que es lo mejor para nosotros. Si todos somos iguales, debemos tratarnos con respeto y la imposición de unos sobre los otros es un irrespeto que no se puede aceptar.


Todos nacemos con la capacidad de usar nuestras mentes para escoger lo que mejor nos conviene. Los mismos cristianos reconocen: que Dios mismo respeta tanto al ser humano que le da la capacidad para decidir lo que desea hacer y no interfiere con esa libertad (aunque no faltan algunos que consideran tener más derecho que Dios a hacerlo). Como tenemos libre albedrío, cada persona debe hacer su vida y es totalmente responsable de lo que hace con ella. Cada uno con su esfuerzo y su trabajo se hace su existencia. Nadie tiene el derecho a exigirle a otro que arregle los errores que ha cometido en su vida, ni tampoco puede exigirsele a nadie que pague por lo que otro ha hecho, pues todos somos responsables de lo que hacemos y de sus consecuencias. La libertad siempre conlleva responsabilidad.
Todos somos iguales y todos poseemos libre albedrío, siendo totalmente responsables de nuestra propia vida, he aquí las dos ideas que hacen que los liberales libertarios le pongamos un freno a las personas que buscan el poder para obligar a los demás a obedecer sus caprichos, para forzarlos a pagar sus facturas y sus cuentas, para enriquecerse a costa del trabajo honesto de los demás. Los resistentes consideramos que si se le entrega poder a alguien, ésta persona no puede abusar del mismo y debe usarlo solo para fines legítimos. Por tanto, exigimos de los gobernantes que sean defensores de nuestros derechos en vez de pisotearlos.
Partiendo de estas dos ideas fundamentales, podemos formular el principio libertario de:

Toda persona es libre de actuar como lo juzgue según su propia razón, SIEMPRE Y CUANDO respete la libertad y derechos de las demás personas


Estas dos ideas fundamentales nos guían en la lucha por una República mejor. Este principio de libertad responsable es el que nos puede guiar hacia una convivencia sana y solidaria, de modo que Venezuela sea una nación donde vivan siempre el trabajo y la paz.


El derecho a la igualdad es aquel derecho inherente que tienen todos los seres humanos a ser reconocidos como iguales ante la ley y de disfrutar de todos los demás derechos otorgados de manera incondicional, es decir, sin discriminación por motivos de nacionalidad, raza, creencias o cualquier otro motivo.
Éste derecho hizo posible la Revolución Francesa, junto con la fraternidad y la libertad, inspirada en los constitucionalistas y humanistas ilustrados. Sin Embargo como lo exponen los autores Kenjy Yoshino en su artículo “The Pressure to Cover” y Ariel E.Dulitzky en su lectura, “A region in Deniel: Racial Discrimination and Racism in Latin America”, las minorías siguen siendo víctimas de rechazos. Por otro lado Ariel E. Dulitzky muestra como el racismo ha sido ignorado en latino América que ha existido una constante negación ya sea, literal (no existe racismo), interpretativo (No es racismo sino otros factores) o justificado ( justificando que no existe o que las víctimas no son víctimas del racismo).



¿Qué es la igualdad? La igualdad es un termino que se utiliza para describir que todos somos iguales y que hay que tratarnos bien y sin subestimar a otros y sin criticarlos por sus gustos, color o nacionalidad.

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